El Freestyle ha experimentado un crecimiento exponencial en los últimos años. Esta forma única de expresión artística y competencia ha capturado la imaginación de los jóvenes locales, llevando el rap y la cultura del hip-hop a un nivel completamente nuevo.
La década de 2000 marcó un punto de inflexión en la historia del Freestyle en América Latina, con la introducción de diversas competencias de rap que captaron la atención de jóvenes talentosos en busca de una plataforma para mostrar sus habilidades.

Baja California, contagiada por la efervescencia del Freestyle, no se quedó atrás, se convirtió en un caldo de cultivo para jóvenes improvisadores que buscaban un lugar para expresarse y competir. Eventos y competencias locales de Freestyle comenzaron a organizarse, brindando a los artistas emergentes la oportunidad de enfrentarse en duelos verbales.
Mundo y Zeus son dos jóvenes que forman parte de la comunidad que ha surgido en torno a la escena del Freestyle en Ensenada, una comunidad que por un lado estrecha lazos de colaboración y por otro sobrevive en un ambiente de eterna competencia. Esta comunidad se ha convertido en un espacio donde la creatividad y la improvisación son protagonistas.

Las competencias de Freestyle atraen a una audiencia apasionada. Los eventos se realizan en lugares locales, como canchas deportivas, parques, explanadas y bares donde la atmósfera se carga de emoción y energía.
Freestylers de todos los rincones de la ciudad se enfrentan en batallas verbales, improvisando versos y punchlines ingeniosos para impresionar a los jueces y cautivar al público. Estas batallas son auténticas pruebas de habilidad lírica y creatividad, y el público desempeña un papel fundamental en la experiencia, alentando a sus favoritos y celebrando las respuestas más impactantes.
Más allá de la competición, el Freestyle ha evolucionado en una forma de expresión artística y cultural donde sus exponentes utilizan rimas para abordar una variedad de temas, desde asuntos sociales y políticos hasta experiencias personales y emociones profundas. Esto les permite conectarse con la audiencia a un nivel más profundo, convirtiendo el Freestyle en una plataforma para la comunicación y la reflexión.

La escena del Freestyle también ha contribuido al crecimiento de la música rap en la región. Muchos freestylers son también artistas de rap que componen y graban sus propias canciones. Esto ha resultado en un aumento en la producción local, enriqueciendo la diversidad del panorama musical de Baja California.
Es fundamental destacar que el Freestyle no es un mundo exclusivamente masculino. Las mujeres también están desempeñando un papel significativo en esta escena en crecimiento. Proyectos como el «Femmenoise Cypher» han surgido para respaldar y promover a las raperas en Baja California, proporcionando un espacio donde puedan expresar sus talentos y hacerse oír. La participación de la mujer en el Freestyle no sólo ha enriquecido la diversidad de perspectivas y voces en la comunidad, sino que también ha desafiado las normas de género en un escenario musical que históricamente ha estado dominado por hombres.
El Freestyle no solo es una competencia de habilidades líricas, sino también una forma de comunicación, una plataforma para la autoexpresión y un motor para el crecimiento del rap local. Si llegas a encontrarte con un grupo de freestylers locales, no dudes en detenerte un momento a escuchar sus rimas y capacidad de improvisación, te invitamos a conocer todos los tipos de expresiones musicales y culturales y compartirnos tu experiencia con el hashtag #redescubriendobc.
Y recuerda, aquí es donde queremos estar, redescubriendo contigo, Baja California.
